El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido posponer hasta el 2 de abril la imposición de aranceles del 25% sobre los automóviles importados de México y Canadá. Esta medida se implementa tras conversaciones con los principales fabricantes de automóviles estadounidenses: General Motors, Ford y Stellantis, quienes expresaron preocupaciones sobre el impacto de estos aranceles en la industria.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunció que se otorgará una exención de un mes para los vehículos que ingresen bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esta decisión busca evitar desventajas económicas para las empresas asociadas al tratado.
Los aranceles, inicialmente diseñados para presionar a México y Canadá a reducir el tráfico de fentanilo, habían generado preocupación en el sector automotriz debido a su potencial impacto en los precios y la disponibilidad de vehículos. La decisión de Trump de retrasar su implementación proporciona un respiro temporal a la industria mientras se buscan soluciones más permanentes.
Este aplazamiento también responde a las advertencias de las empresas sobre los problemas que causaría una política arancelaria impredecible. Además, se produce en un contexto de tensiones comerciales, donde aliados como Canadá y México han anunciado represalias, lo que aumenta la incertidumbre en los mercados financieros y eleva las expectativas de inflación.
Se espera que, durante este período de gracia, las autoridades estadounidenses y las empresas involucradas trabajen conjuntamente para abordar las preocupaciones subyacentes y evitar una escalada en las tensiones comerciales que pueda afectar negativamente a la economía regional.
