En respuesta a las protestas por redadas migratorias en Los Ángeles, Trump ordenó el despliegue de 700 marines además de los 2 000 soldados de la Guardia Nacional previamente enviados, marcando la primera intervención militar de esa magnitud desde los disturbios de 1992
El contingente, desplegado desde Camp Pendleton, tiene la misión de proteger instalaciones federales y personal, sin arrestar manifestantes, aunque su presencia provocó fuertes críticas por parte de líderes locales que cuestionaron el uso de tropas en una ciudad en la que predominan protestas pacíficas
El uso de los marines, junto con tensiones entre autoridades federales y estatales, ha generado alarma, alusión a posibles violaciones del Acta Posse Comitatus y temores de que esta acción siente precedente para militarizar protestas internas