El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que a partir del 2 de abril se impondrá un arancel del 25% a cualquier país que compre petróleo o gas a Venezuela. La medida busca presionar al régimen de Nicolás Maduro, al que acusa de enviar “decenas de miles” de personas con “una naturaleza muy violenta” a Estados Unidos. El arancel afectará las relaciones comerciales entre esos países y Estados Unidos, creando un obstáculo adicional para las exportaciones venezolanas.
Trump comunicó su decisión a través de la red social Truth Social, detallando que este “arancel secundario” se aplicará a todas las transacciones que involucren petróleo o gas venezolano, una acción que se añade a las crecientes sanciones económicas contra Venezuela. Esta medida es una forma de respuesta a la situación migratoria y la presión internacional sobre el gobierno de Maduro, que ha sido objeto de críticas por su manejo de los derechos humanos y la democracia en el país.
La nueva política de Trump llega en un contexto de tensiones diplomáticas, que también incluye las medidas adoptadas hacia empresas como Chevron, que sigue operando en Venezuela bajo ciertas licencias otorgadas por el gobierno de Estados Unidos. Además, se da en medio de una prórroga de 30 días a la licencia que permite a Chevron continuar con la exportación de petróleo desde Venezuela.
