La política de aranceles implementada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una creciente oposición dentro de su propio partido, el Republicano. Figuras destacadas han expresado su desacuerdo, argumentando que estas medidas podrían perjudicar a los consumidores y a la economía estadounidense.
El senador Rand Paul de Kentucky calificó los aranceles como impuestos que afectan directamente a las familias estadounidenses, sugiriendo incluso que podrían ser inconstitucionales. En una columna para Fox News, Paul enfatizó que estas políticas no penalizan a gobiernos extranjeros, sino a los propios ciudadanos.
Por su parte, el exlíder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, describió los aranceles como una “mala política” que perjudica especialmente a los trabajadores. El senador Ted Cruz de Texas también mostró su preocupación, señalando que los aranceles actúan como un impuesto al consumidor y esperando que su implementación sea breve y estratégica.
Además, el senador Ron Johnson de Wisconsin expresó su inquietud respecto a la efectividad de estas medidas, indicando que, aunque no comparte la visión del presidente, espera que los resultados sean positivos. Estas críticas reflejan una división interna en el Partido Republicano sobre la estrategia comercial de la administración Trump y sus posibles implicaciones económicas y políticas.
