En su primer discurso como presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció la firma de órdenes ejecutivas históricas para abordar lo que considera una restauración de la seguridad y el sentido común en el país. Entre sus primeras acciones, declaró una emergencia nacional en la frontera sur de EE.UU. y designó a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras.
Trump adelantó que restaurará su controvertida política migratoria ‘Quédate en México’ y defenderá al país “como nunca antes” utilizando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Esta medida permitirá a las fuerzas federales y estatales combatir con mayor eficacia a las pandillas y redes criminales extranjeras.
En un tono decidido, el presidente mencionó que también cambiaría el nombre del Golfo de México a “Golfo de América”, como parte de una serie de medidas simbólicas y políticas para reforzar la identidad y el poderío de EE.UU.
“Este es el comienzo de la era dorada de Estados Unidos”, afirmó, subrayando que bajo su liderazgo, el país será más fuerte, próspero y excepcional que nunca. Criticó la gestión del gobierno anterior por no haber abordado adecuadamente las crisis nacionales, como la inseguridad y el descontrol en las fronteras.
Trump también condenó la falta de protección a los ciudadanos estadounidenses mientras se destinaban grandes recursos a naciones extranjeras. Aseguró que su administración priorizaría la seguridad interna y la soberanía nacional.
Además, el presidente anunció una emergencia nacional de energía para maximizar la producción de petróleo y gas, lo que contribuirá a reducir los precios de estos recursos a nivel nacional. También prometió desmantelar las políticas verdes y el impulso a los autos eléctricos, buscando regresar a un modelo económico de manufactura centrado en vehículos de gasolina.
Con estos anuncios, Trump dejó claro su compromiso de cambiar rápidamente las políticas del país y devolverle su “grandeza”.