Durante la Semana Santa de 2025, Acapulco ha enfrentado una alarmante ola de violencia, registrando al menos 12 homicidios en solo dos días. Entre las víctimas se encuentran taxistas asesinados y cuerpos abandonados con narcomensajes, lo que ha generado temor entre la población y los visitantes.
En respuesta a esta situación, transportistas locales bloquearon la carretera entre Acapulco y Ciudad de México con ataúdes y camiones, exigiendo mayor seguridad y atención por parte de las autoridades. Esta protesta simboliza el hartazgo de los ciudadanos ante la creciente inseguridad en la región.
A pesar de estos hechos, las autoridades han optado por mantener discursos turísticos optimistas y actividades culturales, evitando abordar públicamente la crisis. Acapulco se encuentra entre las ciudades más peligrosas del mundo, y la desconexión entre la gestión pública y la realidad que vive la población es cada vez más evidente.