El expresidente Donald Trump ofreció un discurso ante el Congreso en el que proclamó que “Estados Unidos ha regresado”, destacando los logros de su administración y defendiendo sus políticas en materia de seguridad, comercio e inmigración. Sin embargo, la sesión estuvo marcada por la tensión cuando legisladores demócratas lo interrumpieron con abucheos en varios momentos de su intervención.
Uno de los momentos más polémicos ocurrió cuando Trump atribuyó la entrega de 29 reos por parte de México a su política de aranceles, asegurando que su estrategia de presión comercial resultó efectiva para reforzar la seguridad en la frontera. Sus declaraciones generaron reacciones encontradas, con aplausos de sus seguidores y críticas de la oposición.
La confrontación alcanzó su punto más álgido cuando el congresista demócrata Al Green fue expulsado de la sesión tras interrumpir en repetidas ocasiones el discurso del exmandatario. Green, conocido por sus intentos previos de impulsar un juicio político contra Trump, se manifestó en contra de su retórica y políticas, lo que llevó a su remoción por parte de las autoridades del recinto.
A pesar del ambiente de división, Trump reiteró su postura de que su liderazgo ha fortalecido la economía y la seguridad del país, al tiempo que minimizó las críticas de sus adversarios políticos. La escena dejó en claro que, incluso fuera del cargo, el expresidente sigue siendo una figura que polariza el panorama político estadounidense.