El Senado de Estados Unidos confirmó a Ronald Johnson como embajador en México, con una votación de 49 a favor y 46 en contra, reflejando una división partidista donde los republicanos respaldaron su nombramiento y los demócratas se opusieron. Johnson, exmilitar con experiencia en la CIA y exembajador en El Salvador durante el primer mandato de Donald Trump, asume el cargo en un contexto de tensiones bilaterales, marcadas por las políticas arancelarias de Trump y discusiones sobre posibles acciones unilaterales contra cárteles de la droga en México.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha manifestado su firme oposición a cualquier intervención militar estadounidense en territorio mexicano y ha propuesto reformas constitucionales para reforzar la soberanía nacional. La designación de Johnson, conocido por su enfoque en seguridad y combate al crimen organizado, podría influir en la dinámica de las relaciones bilaterales, especialmente en temas de migración y cooperación en seguridad.
La llegada de Johnson a México sucede a la salida de Ken Salazar, quien dejó el cargo en enero de 2025 tras casi tres años de servicio. Durante su gestión, Salazar trabajó en fortalecer la cooperación en seguridad y comercio, aunque enfrentó desafíos en áreas como la reforma migratoria y la lucha contra el crimen organizado.
