El Senado de la República aprobó una reforma en materia de soberanía nacional, la cual tiene como objetivo fortalecer la capacidad del Estado mexicano para proteger sus recursos estratégicos y garantizar la autonomía en decisiones clave. Esta reforma busca blindar al país frente a presiones externas y asegurar el control sobre sectores como la energía, el agua y los recursos naturales.
La iniciativa, impulsada por el gobierno federal, recibió el respaldo de la mayoría de los legisladores, quienes destacaron la importancia de priorizar los intereses nacionales en un contexto global cada vez más complejo. Sin embargo, algunos opositores criticaron la medida, argumentando que podría limitar la inversión extranjera y afectar el desarrollo económico.
La reforma incluye disposiciones para regular la participación de empresas extranjeras en áreas consideradas estratégicas y establece mecanismos para garantizar que las decisiones políticas y económicas se tomen en beneficio de la población mexicana. Este paso representa un avance significativo en la agenda del gobierno actual, que ha enfatizado la recuperación de la soberanía como uno de sus ejes centrales.
