El gobierno ruso confirmó la implementación de un alto al fuego de tres días en Ucrania, coincidiendo con celebraciones religiosas ortodoxas. Sin embargo, Kiev rechazó la medida, calificándola como una estrategia propagandística sin intención real de detener los ataques.
Según el Kremlin, el cese temporal de hostilidades busca permitir que los civiles se reúnan con sus familias y participen en ceremonias religiosas con mayor seguridad. No obstante, diversos analistas señalan que Rusia podría estar utilizando esta pausa como táctica militar.
Ucrania, por su parte, afirmó que no cesará sus operaciones defensivas y acusó a Moscú de seguir lanzando misiles incluso tras anunciar el alto al fuego. Las tensiones se mantienen altas, y no se prevé una tregua duradera en el corto plazo.