La relación entre el presidente de EE. UU., Donald Trump, y el empresario Elon Musk se ha deteriorado significativamente tras desacuerdos sobre un nuevo plan fiscal impulsado por la administración Trump. Musk criticó el plan por aumentar el déficit y eliminar créditos fiscales para vehículos eléctricos, calificándolo de “repugnante”.
En respuesta, Trump amenazó con cancelar contratos gubernamentales con las empresas de Musk, como Tesla y SpaceX. Musk, por su parte, acusó a Trump de estar involucrado en el caso Epstein, sugiriendo que esa es la razón por la que ciertos documentos no se han hecho públicos.
Este conflicto marca un punto crítico en una relación previamente cordial entre ambos, con implicaciones significativas para sus respectivas esferas de influencia