El Papa Francisco, de 88 años, experimentó una crisis aislada de broncoespasmo que provocó un empeoramiento repentino de su cuadro respiratorio. Este episodio requirió la intervención médica inmediata, administrándose ventilación mecánica no invasiva. Afortunadamente, el Pontífice ha respondido positivamente al tratamiento, estabilizando sus niveles de respiración y oxigenación.
Este incidente ocurrió durante su hospitalización en el Policlínico Gemelli de Roma, donde se encuentra recibiendo tratamiento por neumonía bilateral. El Vaticano ha informado que, aunque el Papa permanece consciente y orientado, su pronóstico sigue siendo reservado. Los médicos requieren entre 24 y 48 horas para evaluar el impacto de este episodio en su salud general.
A pesar de estas complicaciones, el Papa ha continuado con sus actividades diarias desde el hospital, incluyendo reuniones y emisión de decretos. Sin embargo, se ha confirmado que no podrá celebrar la Misa del Miércoles de Ceniza el 4 de marzo debido a su estado de salud.
La comunidad mundial sigue pendiente de su recuperación, enviando oraciones y buenos deseos para su pronta mejoría.