El gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha expresado su rechazo a los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a los vehículos importados. México busca obtener un “trato preferente” que garantice condiciones competitivas para sus productos automotrices en el mercado estadounidense. Ebrard enfatizó que el objetivo es que los vehículos fabricados en México tengan precios competitivos en comparación con los producidos en países como Alemania, Japón y Corea del Sur.
Además, Ebrard destacó que, en caso de que Estados Unidos mantenga estos aranceles elevados, México buscará condiciones que protejan sus empleos y actividades económicas relacionadas con la industria automotriz. La administración de Trump ha establecido que los vehículos que cumplan con las reglas de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podrían beneficiarse de descuentos en estos aranceles, siempre que el contenido producido en Estados Unidos sea significativo.
La industria automotriz mexicana, que en 2024 exportó 2.5 millones de vehículos a Estados Unidos, enfrenta desafíos debido a estos aranceles. El gobierno mexicano continúa negociando con Estados Unidos para mitigar el impacto de estas medidas y proteger los intereses económicos y laborales del país