El adolescente que atacó al precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay había sido previamente identificado por las autoridades distritales como “conflictivo” y formó parte del programa social “Jóvenes en paz” impulsado por Gustavo Petro para jóvenes en riesgo.
Según informes del gobierno, el menor demostró problemas graves para relacionarse y a pesar de recibir apoyo, su conducta no mejoró; incluso abandonó el programa después de varios meses sin asistir a clases ni actividades de seguimiento.
Esta revelación ha desatado un debate en Colombia sobre la efectiva evaluación y supervisión de programas de prevención de violencia, así como la necesidad de fortalecer mecanismos para detectar y atender casos conflictivos tempranamente
