Una protesta masiva de taxistas en París provocó un caos vial sin precedentes, con al menos 400 kilómetros de tráfico en las principales vías de la capital francesa. Los conductores exigieron mejores condiciones laborales y se manifestaron contra las plataformas de transporte por aplicación.
Las autoridades intentaron desviar el tránsito, pero la magnitud de la movilización superó la capacidad de respuesta. Muchos ciudadanos quedaron varados durante horas, y los accesos a aeropuertos y estaciones de tren también resultaron severamente afectados.
El gobierno francés pidió calma y anunció que se abrirá una mesa de diálogo con los representantes del gremio. Mientras tanto, los organizadores de la huelga amenazan con continuar las acciones si no hay una respuesta concreta.
