El gobierno griego ha declarado estado de emergencia en la isla de Ánafe, en el archipiélago de las Cícladas, debido a una serie de sismos de hasta magnitud 5.3 que han afectado la región desde el 24 de enero. La medida, emitida por Protección Civil, permanecerá en vigor al menos hasta el 13 de marzo.
Esta actividad sísmica también ha impactado a las islas vecinas de Santorini y Amorgos. En Santorini, uno de los destinos turísticos más importantes de Grecia, la población se ha reducido considerablemente, con solo 4,000 de sus 25,000 habitantes permaneciendo en la isla, ya que miles han abandonado la zona por temor a nuevos temblores.
Entre el 26 de enero y el 8 de febrero, se registraron más de 12,800 temblores en la zona. Aunque en los últimos días se ha observado una “relativa calma”, los expertos advierten que esto no garantiza la ausencia de futuros sismos de mayor magnitud.
Las autoridades locales han cerrado escuelas y restringido el acceso a ciertas áreas costeras y puertos por riesgo de deslizamientos. Se han desplegado equipos de emergencia para evaluar daños y garantizar la seguridad de los residentes y turistas.
La comunidad internacional sigue de cerca la situación, ofreciendo apoyo y asistencia para mitigar los efectos de esta crisis sísmica en la región del mar Egeo.