El primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha calificado los aranceles del 25% impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a los vehículos y componentes automotrices importados como un “ataque directo” contra su país. Carney enfatizó que Canadá responderá de manera unificada y evaluará medidas no arancelarias en represalia.
La industria automotriz es crucial para la economía canadiense, especialmente en Ontario, donde se concentran las plantas de ensamblaje. Doug Ford, primer ministro de Ontario, advirtió que Canadá podría aplicar medidas que causen “el máximo dolor posible” a Estados Unidos para presionar por la eliminación de los aranceles. Ford sugirió que, si Trump cree que estas políticas reducirán los precios para los consumidores estadounidenses, está equivocado.
Esta disputa comercial ha generado preocupación sobre sus posibles repercusiones en las economías de ambos países y en la industria automotriz global. Las acciones de empresas automotrices han caído significativamente en bolsa tras el anuncio de los aranceles, y se teme que puedan elevar los costos de producción y venta de automóviles en Estados Unidos, afectando a los consumidores.
