Las autoridades de Estados Unidos informaron que los cruces migratorios en la frontera con México han disminuido un 85 % en los primeros 11 días tras la implementación de nuevas políticas impulsadas por Donald Trump. Este descenso se atribuye al endurecimiento de las medidas de control fronterizo y a la intensificación de las deportaciones, estrategias que la administración ha defendido como parte de su compromiso con la seguridad nacional.
Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional señalaron que los operativos han incluido un mayor despliegue de agentes, el uso de tecnología avanzada para detectar cruces ilegales y la ampliación de acuerdos con México y otros países para frenar el flujo migratorio. También han reforzado las restricciones para el acceso al asilo, lo que ha reducido el número de solicitantes.
A pesar de esta caída en los cruces, organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por el impacto humanitario de estas medidas. Señalan que miles de migrantes han quedado varados en condiciones precarias en la frontera mexicana, enfrentando riesgos de violencia, abuso y falta de acceso a recursos básicos.
La administración de Trump ha reiterado que su política migratoria busca desincentivar los cruces ilegales y fortalecer la seguridad en la frontera sur. Sin embargo, expertos advierten que la crisis migratoria sigue siendo un desafío complejo que requiere soluciones a largo plazo y cooperación internacional para atender sus causas fundamentales.
