En las recientes elecciones generales de Alemania, el bloque conservador, compuesto por la Unión Democristiana (CDU) y su hermana bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), obtuvo el 28.5% de los votos, según resultados preliminares.
Friedrich Merz, líder de la CDU, se perfila como el próximo canciller de Alemania. Tras los resultados, Merz destacó la necesidad de formar una coalición rápidamente, dada la situación geopolítica actual.
Sin embargo, el panorama político alemán se ha transformado significativamente. La extrema derecha, representada por Alternativa para Alemania (AfD), ha logrado un avance histórico, consolidándose como la segunda fuerza en el Parlamento. Este resultado rompe el tradicional cordón sanitario contra la extrema derecha que había prevalecido en décadas anteriores.
Este ascenso de la ultraderecha plantea nuevos desafíos para la política alemana, ya que partidos tradicionales como la CDU/CSU deberán considerar cómo interactuar con una AfD más fuerte que nunca. La necesidad de formar coaliciones y acuerdos políticos será esencial para garantizar la estabilidad y el progreso del país en los próximos años.
