El Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma histórica que permite la realización de corridas de toros sin violencia, una iniciativa propuesta por la jefa de Gobierno, Claudia Brugada.
La medida fue aprobada con 61 votos a favor y uno en contra, y establece que los toros no serán lastimados ni durante el espectáculo ni después de este. Además, se estipuló que la duración máxima de cada actuación será de 15 minutos, en lugar de los 10 minutos propuestos inicialmente.
La votación fue acompañada de intensas protestas por parte de activistas animalistas, que se congregaron frente al Congreso y enfrentaron altercados con grupos taurinos. Aunque la iniciativa recibió el apoyo mayoritario, se registraron tensiones antes de la aprobación, con manifestantes gritando consignas contra la tauromaquia, celebrando la decisión como un avance en la lucha por los derechos de los animales.