El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció la declaratoria de emergencia sanitaria y económica debido a un brote de fiebre amarilla que ha causado 74 contagios y 32 muertes desde septiembre, principalmente en el departamento del Tolima, donde se registra una tasa de mortalidad del 43.2%. La enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, ha resurgido en regiones donde no se presentaban casos desde hace más de 25 años, como Tolima, y se ha extendido a otras zonas como Caldas, Putumayo, Caquetá, Meta y áreas fronterizas con Ecuador y Brasil.
Petro destacó que el cambio climático ha facilitado la propagación del mosquito vector a zonas montañosas y urbanas, incluyendo Bogotá, debido al aumento de las temperaturas. El mandatario señaló que la enfermedad tiene una tasa de mortalidad del 50% y que, aunque existe una vacuna efectiva, la crisis climática ha permitido que el mosquito se expanda a nuevas áreas.
Como parte de las medidas para contener el brote, el gobierno colombiano ha iniciado una campaña nacional de vacunación y ha instado a la población a inmunizarse, especialmente a quienes planean viajar a zonas de alto riesgo. Además, se considera reinstaurar la exigencia del carné de vacunación contra la fiebre amarilla para viajeros nacionales e internacionales con destino a áreas afectadas. El Ministerio de Salud ha declarado 388 municipios y 27 departamentos en riesgo, y ha decretado calamidad pública en Tolima.