Desde el Despacho Oval, a solo cinco días de concluir su mandato, el presidente Joe Biden lanzó una advertencia contundente: “En Estados Unidos se está gestando una oligarquía construida sobre una concentración extrema de riqueza, poder e influencia”.
En su discurso de despedida, el mandatario de 81 años expresó su profunda preocupación por lo que definió como una “peligrosa concentración de poder en manos de unos pocos individuos ultraricos”, asegurando que, de no tomarse medidas ahora, las consecuencias para la democracia y los derechos fundamentales podrían ser irreparables.
Biden señaló que esta oligarquía emergente pone en riesgo la igualdad de oportunidades y la cohesión social. “El poder del presidente no es ilimitado, no debe serlo, y en una democracia, la concentración de poder y riqueza también representa un gran peligro”, afirmó.
Además, advirtió que esta desigualdad creciente “socava el sentido de unidad, genera desconfianza y división, y desilusiona a las personas, haciéndolas sentir que no tienen oportunidades reales en la democracia”.
Aunque evitó mencionar directamente a su predecesor y sucesor, Donald Trump, Biden aludió a los desafíos de gobernar en un contexto polarizado, y aprovechó para reflexionar sobre los logros y retos de su administración durante los últimos cuatro años.
Biden concluyó su discurso enfatizando la importancia de actuar ahora para garantizar que la democracia estadounidense siga siendo una herramienta para el progreso colectivo y no un instrumento dominado por intereses individuales.