Un ataque lanzado por Irán contra territorio israelí dejó al menos 34 personas heridas y provocó momentos de caos en varias ciudades del país. El bombardeo, que incluyó el uso de drones y misiles, se concentró en áreas del sur de Israel y afectó tanto a civiles como a instalaciones estratégicas.
Las fuerzas de defensa israelíes respondieron rápidamente con interceptores aéreos, evitando una tragedia mayor. Sin embargo, varios edificios sufrieron daños y algunas personas continúan atrapadas bajo escombros, lo que mantiene activos los operativos de rescate.
Este nuevo episodio de violencia agudiza la tensión en Medio Oriente y ha provocado reacciones en la comunidad internacional. Estados Unidos y la Unión Europea han llamado a la contención, mientras analistas temen una escalada en el conflicto regional.