El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció el despliegue de más de 5,000 elementos de la Guardia Nacional y otros 2,000 policías estatales ante las protestas previstas por las redadas migratorias. La medida busca evitar escenarios como los ocurridos en Los Ángeles, donde las movilizaciones derivaron en enfrentamientos.
Abbott afirmó que “no se tolerará anarquía” en Texas, aunque aseguró que se respetará el derecho a la protesta pacífica. Agregó que cualquier acto de vandalismo o violencia será reprimido con firmeza para preservar el orden público.
Las protestas han ganado fuerza en varias ciudades estadounidenses tras las detenciones masivas de trabajadores migrantes en calles, fábricas y campos agrícolas. Organizaciones civiles acusan al gobierno federal y estatal de criminalizar la pobreza y la migración.