En el centro de Los Ángeles, la protesta “No Kings” contra el autoritarismo de Trump se tornó en disturbio cuando un pequeño grupo comenzó a atacar a la policía. Las fuerzas respondieron con gases lacrimógenos, balas de goma, granadas aturdidoras y caballería para dispersar a la muchedumbre cerca del Edificio Federal.
La manifestación, inicialmente pacífica, congregó a miles con banderas mexicanas y estadounidenses en demanda de justicia para migrantes. Sin embargo, algunos encapuchados lanzaron piedras, botellas y hasta fuegos artificiales, lo que motivó la intervención agresiva de las autoridades y la declaración de una “asamblea ilegal”.
Un periodista de Univision resultó afectado por los gases, y se impuso toque de queda en sectores del downtown. Aún no hay cifras oficiales de arrestos, pero se reportaron varios heridos y tensión creciente en la ciudad.