Cuba experimenta una profunda crisis energética que ha provocado apagones simultáneos en hasta el 45% del territorio nacional. La estatal Unión Eléctrica (UNE) informó que durante los horarios de máxima demanda, la capacidad de generación eléctrica es insuficiente para cubrir la demanda, lo que obliga a desconectar amplias zonas del país.
Las causas de esta crisis incluyen averías en las centrales termoeléctricas obsoletas y la falta de combustible debido a la escasez de divisas para importarlo. Actualmente, cinco de las 20 unidades de producción están fuera de servicio, y 72 centrales de generación distribuida no operan por falta de diésel y fueloil.
Expertos señalan que esta situación es resultado de una infrafinanciación crónica del sector energético, completamente estatal desde 1959. El gobierno cubano atribuye parte de la crisis a las sanciones estadounidenses, mientras que analistas independientes destacan la necesidad de inversiones significativas para modernizar la infraestructura energética del país.