El número de víctimas mortales por el terremoto de magnitud 7.7 que sacudió Myanmar el 28 de marzo ha ascendido a 3,471, según informó la junta militar en el poder. Además, se reportan más de 4,600 heridos y 214 personas desaparecidas.
Las autoridades han declarado el estado de emergencia en seis regiones afectadas, donde se registran daños significativos en infraestructuras: más de 21,000 viviendas, 805 edificios de oficinas, 1,690 pagodas, 1,041 escuelas, 921 monasterios y conventos, 312 edificios religiosos, 48 hospitales y clínicas, y 18 hectáreas de cultivos han sido destruidos o dañados.
La comunidad internacional ha respondido enviando más de 150 toneladas de ayuda humanitaria desde países como China, Estados Unidos, Singapur, India y Tailandia. Sin embargo, las labores de rescate se ven obstaculizadas por las lluvias intensas y las condiciones climáticas adversas, lo que aumenta el riesgo de brotes de enfermedades entre los sobrevivientes desplazados.
