Después de 25 días de hospitalización debido a una neumonía bilateral, el Papa Francisco muestra una “gradual y leve mejoría”. Los médicos han levantado el pronóstico reservado y consideran que ya no está en “peligro inminente”. A pesar de esta mejoría, su situación sigue siendo “compleja” y requiere continuar con terapia médica en el hospital.
Francisco, de 88 años, permanece en el hospital Gemelli de Roma, donde recibe altos flujos de oxígeno durante el día y ventilación mecánica por la noche. Aunque no ha aparecido en público, ha participado en actividades por videoconferencia y se mantiene informado sobre asuntos globales.