Una investigación detallada ha revelado que más de 160,000 soldados rusos han perdido la vida en los tres años de conflicto en Ucrania. Según el estudio realizado por los medios independientes Meduza y Mediazona, que analizaron cifras de mortalidad y otros datos oficiales recopilados por activistas desde el inicio del conflicto, las pérdidas en las filas rusas han aumentado año tras año.
Durante los primeros tres meses de combates, el ejército ruso registraba entre 40 y 60 muertes diarias, cifra que se disparó a 250 muertes diarias en el primer trimestre de 2024. En 2022, se reportaron cerca de 20,000 soldados rusos muertos; en 2023, alrededor de 50,000; y en el año pasado, casi 100,000 muertes. Es importante destacar que estas cifras no incluyen a los combatientes de las regiones ucranianas anexionadas por Moscú ni a los combatientes extranjeros.
El mayor índice de mortalidad entre los militares rusos se registró entre mayo y otoño de 2024, coincidiendo con la ofensiva rusa en las afueras de Donetsk y el norte de la región de Járkov. Al principio de la guerra, la mayoría de las muertes correspondían a oficiales y militares profesionales; sin embargo, posteriormente, los mayores índices de mortalidad se produjeron entre expresidiarios y voluntarios.
Estas cifras reflejan el alto costo humano del conflicto y subrayan la necesidad urgente de buscar una resolución pacífica para evitar más pérdidas de vidas.