El gremio veterinario mexicano se encuentra consternado tras el asesinato de Héctor Hernández Cañas, ocurrido el 11 de febrero en Tultepec, Estado de México. Hernández, propietario de una clínica veterinaria, fue apuñalado presuntamente por los dueños de una perra Yorkshire que falleció tras una cirugía para retirar un hueso que obstruía su esófago. Antes del incidente, el veterinario había recibido amenazas y extorsiones por parte de los propietarios, quienes le exigían 50 mil pesos.
La noticia ha generado una ola de indignación en todo el país. Miles de veterinarios y estudiantes se manifestaron en la Ciudad de México y otras ciudades, exigiendo justicia y medidas de seguridad para el gremio. Bajo la consigna “Ni un veterinario más”, los participantes alertaron sobre el aumento de la violencia contra los profesionales de la salud animal.
Juan Jorge Avilés, presidente del Instituto Mexicano de Fauna, Flora y Sustentabilidad Social, destacó la gravedad de la situación: “Si un médico veterinario zootecnista sale a marchar es porque la situación es grave”. Además, enfatizó la necesidad de conciencia ciudadana para prevenir futuros ataques.
Este trágico suceso se suma a otros incidentes similares en el país. En 2018, el veterinario Miguel Olguín Galván fue asesinado en Torreón, Coahuila, tras ser acusado sin pruebas de envenenar perros callejeros. Estos hechos han generado preocupación en el gremio sobre la seguridad y el respeto hacia los profesionales veterinarios en México.