Israel acusó a Hamás de introducir nuevas condiciones en el acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes previamente anunciado, mientras que el grupo islamista respondió recriminando a los israelíes por tratar de “crear tensión en un momento crítico”.
A menos de tres días de la fecha acordada para la salida de los primeros secuestrados, los familiares de los rehenes que aún permanecen en Gaza viven con creciente angustia. “Se vive con muchas expectativas y mucha angustia”, señaló a EFE Alejandro, familiar de Shiri Bibas, una argentina-israelí secuestrada en el kibutz Nir Oz junto a su esposo, Yarden Silberman, y sus hijos, Ariel y Kfir, de 4 años y 9 meses, respectivamente.
Se cree que los Bibas podrían ser parte del grupo de cautivos que serán liberados en la primera fase del acuerdo, aunque aún se desconoce si están vivos o muertos.
“Estos son probablemente los días más estresantes que hemos experimentado en más de un año, desde el último acuerdo”, comentó Udi Goren, primo del secuestrado Tal Haimi.
Goren también afirmó que Israel está cerca de lograr dos de sus principales objetivos en la guerra: recuperar a los rehenes y eliminar la capacidad de Hamás para gobernar Gaza, por lo que considera que no hay razones para continuar con la ofensiva militar israelí.